Usted se preguntará por qué escribimos

Por Eugenia Almeida – La Voz del interior 8 de abril de 2018

Juan Forn, Camila Sosa Villada y Leonardo Sanhueza reflexionan sobre el origen e impulso de su escritura en la colección de libros “Escribir”, de la editorial Document/A Escénicas.

Escribir. Como función humana, como herramienta, como estrategia, como modo de inscripción en el mundo, más allá de la literatura. Escribir como espacio compartido, como lugar común. Ese es el espíritu de la nueva colección que acaba de lanzar la editorial DocumentA/Escénicas.

El movimiento inicial propone tres títulos y tres autores que, en su singularidad, forman una especie de familia extrañada que dialoga, cada uno en su propia lengua. ¿Qué los reúne? El hablar sobre el acto de escribir; el merodear un territorio de autointrospección para desentrañar qué hay en ese gesto tan humano de dibujar letras.

Juan Forn, Leonardo Sanhueza y Camila Sosa Villada son los primeros autores de una colección que ya ha anunciado su próximo título: un libro firmado por el fotógrafo Rodrigo Fierro.

Con Gabriela Halac en el proyecto y el diseño editorial, y Demian Orosz como director de colección, estos tres libros componen una punta de lanza que abre promesas fuertes sobre lo que vendrá. Las ilustraciones de Lucas Di Pascuale se suman para transformar cada título en un libro objeto.La colección Escribir –ganadora del Primer Concurso de Proyectos Editoriales del Fondo Nacional de Las Artes– abre el juego con tres escritores que se conocieron en 2016, en el marco del Sexto Festival Internacional de Literatura de Córdoba. De ese encuentro surgió un deseo, un capricho, una voluntad: el de un diálogo que continuara en sus obras.

Autopsia, geología, incandescencia

En Cómo me hice viernes (una autopsia), Juan Forn reconstruye el momento en que su vida se pobló de literatura y cómo, desde entonces, la escritura aparece como un ejercicio de errancia y visita a los autores que considera fundamentales. Hay juego y deleite en lo que escribe este lector privilegiado. Un juego que va a llevarnos del departamento de un “agente cultural de la CIA” a las caminatas por el borde del mar. Allí, entrelazadas con su propia historia, desfilan las de Joseph Brodsky, Isaac Bashevis Singer, Danilo Kis, Marcel Schwob, Yasunari Kawabata y Wislawa Szymborska, entre otros.

El poeta chileno Leonardo Sanhueza se suma con La partida fantasma. Apuntes sobre la vocación literaria. Su trabajo se abre con una cita de Mircea Eliade (“No basta conocer el mito de origen: hay que recitarlo”) como puerta de entrada a un recorrido histórico sobre la idea de la vocación literaria y los modos de construcción de esa entelequia que llamamos “autor”.

El modo en que Sanhueza desmenuza la maquinaria que obliga a los escritores a crear una imagen de sí mismos es magistral. La obra no es suficiente. Hay algo más que un autor debe construir: “un mito original que le dé consistencia narrativa a sus actos”. Una imagen atravesada por la epifanía, la catástrofe o la gracia. La aparición (o mejor aún, el descubrimiento) del destino inevitable de la escritura.

También Sanhueza, como Forn, recorre obras y autores. Daniel Defoe, César Aira, Susan Sontag, Rilke, Catulo, Onetti, Malcom Lowry, Romain Gary, Rimbaud, Rubén Darío, Vicente Huidobro y Georges Perec, son algunos de los nombres sobre los que va trabajando. Quizás el pico más alto del libro se halla en el momento en que juega con un posible cruce entre Geología y Literatura.

Por último, El viaje inútil. Trans/escritura despliega toda la potencia, la vitalidad, la fuerza y el estilo que caracteriza a Camila Sosa Villada. Este es, posiblemente, el más confesional de los libros. Sosa Villada no teme hablar en primera persona ni desplegar ante el lector datos y tonos propios de un encuentro sin dobleces, sin medias tintas, sin hipocresías. Es algo que se agradece y que sacude el territorio de la literatura en nuestra ciudad.

Camila Sosa Villada

Camila Sosa VilladaLa escritura de la mano del padre, la lectura que ofrece la madre, los rituales iniciáticos, la vida en el pueblo, una nutria como mascota, la abuela que escribía poemas a los santos, la vecina que le prestaba libros, la novela adolescente que fue leída como confesión, las cartas, el psicoanálisis. Camila habla de todo y habla, siempre, de escritura. Eso desnuda su posición en la vida: escribir y leer están atravesados por el modo en que uno transita el mundo. Escribir es un movimiento que enciende (“el momento de la incandescencia es ahí, en la escritura”), leer es un gesto natural (“Leo sin saberlo. Simplemente sigo mi cuerpo”). La autora cordobesa boceta, desde su recorrido personalísimo, un espacio de reflexión sobre los lazos que podemos establecer con las letras. El dibujo en el papel pero también el peso de los sonidos que se forman en nuestra boca. El viaje inútil. Trans/escritura propone una recelosa celebración de la palabra. El festejo desolado de saber que tenemos algo. No es suficiente. Pero está ahí. Sosa Villada dice: “escribir no es más que perder el tiempo, lo único que se tiene. La pérdida”.

Cómo me hice viernes (una autopsia)
Juan Forn
DocumentA/Escénicas
68 páginas
$ 300

La partida fantasma. Apuntes sobre la vocación literaria
Leonardo Sanhueza
DocumentA/Escénicas
104 páginas
$ 250

El viaje inútil. Trans/escritura
Camila Sosa Villada
DocumentA/Escénicas
116 páginas
$ 300